P.J. Proudhon, La propiedad es el robo (1840)

El francés Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) se dio a conocer en 1840 con la obra “Qué es la propiedad”, donde cuestionaba el hecho de que la propiedad conduzca siempre a la explotación y que los trabajadores no posean nunca los medios de producción. Su socialismo libertario, basado en los conceptos de solidaridad y de ayuda mutua, le valió la desdeñosa crítica de Marx, y su tesis de que «el gobierno del hombre por el hombre, cualquiera que sea el nombre bajo el que se disfrace, es opresión», le convirtió en uno de los inspiradores doctrinales del anarquismo contemporáneo.

Si tuviera que contestar a la siguiente pregunta: ¿qué es la esclavitud?, y respondiese con una sola palabra: el asesinato, mi pensamiento se entendería a la primera. No necesitaría un largo discurso para demostrar que el poder de arrebatar el pensamiento, la voluntad y la personalidad a un ser humano es un poder de vida y muerte, y que esclavizar a un hombre sería asesinarlo. ¿Por qué, pues, no puedo responder a esta otra pregunta: ¿qué es la propiedad?, de la misma manera que a la anterior diciendo: es el robo, sin tener la certeza de que se me entiende, por más que esta segunda proposición no es más que la primera transformada?

Me propongo discutir el principio mismo de nuestro gobierno y nuestras instituciones: la propiedad. Estoy en mi derecho. Puedo equivocarme en la conclusión que derivará de mis investigaciones; estoy en mi derecho. Me apetece situar al comienzo el último pensamiento de mi libro; sigo estando en mi derecho.

Cierto autor enseña que la propiedad es un derecho civil nacido de la ocupación y sancionado por la ley; otro sostiene que es un derecho natural, cuya fuente es el trabajo. Y estas doctrinas, por más opuestas que parezcan, son estimuladas y aplaudidas. Mi propuesta es que ni el trabajo ni la ocupación ni la ley pueden crear la propiedad; que se trata de un efecto sin causa. ¿Se me puede reprochar? ¡Cuántos murmullos se alzan!

- ¡La propiedad es el robo! ¡Ahí tenemos el lema de 1793! ¡Ésa es la orden de zafarrancho de combate de las revoluciones! [...]

- Lector, convéncete: no soy un agente de discordia ni un instigador de la sedición. Marcho algunos días por delante de la Historia, expongo una verdad cuya aparición tratamos en vano de detener; escribo el preámbulo de nuestra futura constitución. Si nuestras preocupaciones nos permitieran escucharla, esa definición que nos parece blasfema: la propiedad es el robo, sería el hierro que atraería el rayo; pero, ¡cuántos intereses y prejuicios se oponen a ello! [...]